Personajes históricos en Las Puertas de Seda

Aunque algunos son ficticios, muchos de los personajes que jalonan la novela existieron realmente. En este apartado vamos a acercarnos a todos ellos. Comenzando, por supuesto, por la excepcional mujer mencionada en el título.

HIPATIA

Filósofa y científica alejandrina, hija de Teón, que se encargó de instruirla en la astronomía y las matemáticas. Las fuentes aseguran que pronto demostró una habilidad superior a la de su padre en el dominio de esas materias.
Como científica, fue autora de un comentario a la Aritmética de Diofanto, otro a las Cónicas de Apolonio y redactora de un Canon Astronómico. También colaboró con su padre en la edición de textos de Ptolomeo y, posiblemente, de Euclides.
Como filósofa creó una academia de gozaba de gran prestigio más allá de los círculos urbanos, y a la que acudían estudiantes de todo el imperio.
También era una personalidad con notable peso político en su ciudad, Alejandría, por su amistad con ciertos arcontes y altos funcionarios, entre ellos el prefecto augustal Orestes.
Un día en que regresaba a su casa tras conferencia pública, en marzo del año 415 d.C., fue asaltada por una turba de fanáticos cristianos, que al asesinaron de la forma más brutal. Son muchas las voces (incluso contemporáneas a los hechos) que señalan al patriarca Cirilo como responsable último de esta masacre.

ORESTES

No es mucha la información que los textos históricos nos proporcionan sobre este alto funcionario imperial. Sabemos que detentó el cargo de prefecto augustal y que, antes de partir hacia Alejandría, fue bautizado por el patriarca de Constantinopla, Ático. Tuvo que enfrentarse a la difícil tarea de mantener su autoridad como gobernador frente al obispo Cirilo; la rivalidad entre ambos dio origen a varios conflictos, que sacudieron de forma convulsa a la ciudad de Alejandría. Las fuentes dan a entender que le unía una gran amistad con la filósofa Hipatia. Tras la muerte de ésta, Orestes desaparece por completo de los anales históricos.

CIRILO

prolífico y está considerado un teólogo de gran sutileza,capaz de establecer el diálogo entre el cristianismo de Oriente y el de Occidente. Pero también demostró una personalidad arrolladora e implacable que le llevó a actuar con agresividad contra sus adversarios doctrinales: novacianistas, judíos, paganos y nestorianos. Fue el gran rival de Nestorio, al que logró deponer y exiliar en el concilio de Éfeso (431 d.C.) Hoy en día es venerado como santo y padre de la Iglesia.

SINESIO

Aristócrata de origen libio, alumno de Hipatia y, posteriormente, obispo de Ptolemaida. En su juventud fue elegido por sus conciudadanos como embajador para viajar a Constantinopla y solicitar ante el emperador Arcadio una rebaja de impuestos para su provincia, que le fue concedida. Se casó y tuvo tres hijos. Cuando el consejo de Ptolemaida le pidió que ejerciera como obispo, aceptó a cambio de que no se le obligara a desprenderse de su familia ni a renunciar a sus convicciones filosóficas, incluso cuando discreparan de la doctrina oficial eclesiástica. Dirigió la defensa militar de su provincia natal durante la tercera invasión de los nómadas del desierto.
Fue un intelectual de gran renombre en su época. Aparte de sus cartas (su correspondencia personal, que hoy constituye una de las mejores fuentes para estudiar el período histórico) escribió numerosos tratados, himnos, homilías y discursos.

LA CORTE IMPERIAL

En la obra también tienen protagonismo algunas personalidades relacionadas con el palacio de Constantinopla: el emperador Teodosio II, su hermana Pulqueria y los tres prefectos del pretorio de Oriente que detentaron el cargo entre los años 412-415 d.C: Antemio, Monaxio y Aureliano.

OTROS PROTAGONISTAS

Entre los personajes históricos que aparecen o se mencionan en la novela, encontramos a toda una serie de personalidades pertenecientes al entorno intelectual, el funcionariado imperial, las instituciones eclesiásticas y la administración (tanto civil como militar) de las provincias de Egipto y Libia.

Abundancio, antiguo duque de Egipto.

Amonio, arconte alejandrino y miembro de la boulé.

Amonio, monje de Nitria que atacó e hirió al prefecto augustal Orestes, y al que Cirilo intentó declarar mártir bajo el nombre de Taumasio.

Andrónico, gobernador de Cirenaica durante la época en que Sinesio ocupaba el sillón episcopal de Ptolemaida. Fue acusado de múltiples abusos y crímenes contra la aristocracia provincial, antes de ser excomulgado por un sínodo episcopal.

Anisio, duque y supervisor de la Libias, que al mando de una escasa fuerza de mercenarios, logró una serie de impresionantes victorias contra los invasores ausurianos.

Atanasio de Alejandría, uno de los patriarcas más reverenciados de la sede alejandrina. Vivió durante el s. IV d.C., y a lo largos de sus obispados mantuvo una actitud beligerante en la defensa del credo niceno frente a la corriente arriana (mayoritaria en Oriente y defendida por la mayoría de los emperadores de Constantinopla). Ascendió seis veces al trono de san Marcos y fue desterrado del mismo en cinco ocasiones. Actualmente es venerado como santo y padre de la Iglesia.

Atanasio el diácono, oficial del obispado alejandrino, sobrino del patriarca Cirilo.

Clinias, aristócrata cirenaico ejecutado por orden del gobernador Andrónico.

Euoptio, hermano de Sinesio, que también fue elegido obispo de Ptolemaida.

Genadio, gobernador de Libia Superior en, al menos, dos ocasiones.

Heladio, gramático y sacerdote pagano de origen alejandrino, involucrado en el asalto al Serapeo. A raíz del incidente, huyó a Constantinopla, donde se instaló como profesor de griego y literatura.

Heliodoro (arconte) antiguo gobernador de Libia, jurista en la corte del prefecto augustal.

Hierax, profesor alejandrino acusado de actuar como instigador y espía del obispo en el teatro.

Isaac, renombrado asceta sirio. Entre sus discípulos se cuenta el futuro prefecto de pretorio Aureliano.

Marcelino, comandante de las tropas  libias que logró la derrota definitiva de los ausurianos.

Maximino, aristócrata cirenaico ejecutado por orden del gobernador Andrónico.

Pedro, magistrado alejandrino (en otras fuentes identificado como lector eclesiástico).

Pentadio, arconte alejandrino, que detentó el cargo de prefecto augustal entre los años 403-404 d.C.

Peonio, conde de la corte de Constantinopla, destinatario de un opúsculo de Sinesio.

Teón, padre de Hipatia, astrónomo y matemático que, según algunas fuentes, perteneció al Museo alejandrino (institución en la que, antaño, se englobaba la desaparecida Biblioteca). Es autor de varios comentarios sobre la obra de Euclides y Ptolomeo, en algunos de los cuales colaboró con su hija.

 
Teófilo, tío de Cirilo y obispo de Alejandría. Desempeñó este cargo entre los años 385-412 d.C. Fue adversario ideológico de los monjes origenistas y del patriarca de Constantinopla, Juan Crisóstomo. Durante su mandato tuvo lugar la destrucción del Serapeo.

Teopempto, obispo alejandrino desposeído por Cirilo, por su pertenencia a la corriente novaciana.

Thoas, oficial al servicio de Andrónico, el gobernador de Cirenaica que, entre otras funciones, se ocupó del cobro de los impuestos. Fue acusado de complicidad en los crímenes de su superior y excomulgado junto a éste en un sínodo episcopal.

Timoteo, archidiácono, postulante al cargo de obispo de Alejandría tras la muerte del patriarca Teófilo, opositor de Cirilo.

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