Caballeros de San Juan
En 1607, época en que se inicia la narración, los caballeros de Malta mantienen un próspero reino cuyo gobernante, el Gran Maestre, se integra entre los grandes príncipes europeos. La novela refleja el esplendor de la corte maltesa, sus luchas políticas por el control del Mediterráneo, la doble naturaleza de la Orden (guerrera y religiosa) y su vocación hospitalaria, con la creación de sanatorios gratuitos y el cuidado de los enfermos.
Al igual que los desaparecidos Templarios, la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de san Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, es una antigua Regla de monjes guerreros cuyos miembros provienen de las más nobles familias de Europa. A principios del siglo XVII, los caballeros de Malta forman un estado soberano afincado en esta ínsula del Mediterráneo, que les fue cedida por el rey Carlos I de España. Su cometido consiste en defender a los reinos cristianos contra los turcos y berberiscos, lo que se traduce en una continua guerra marítima contra estos y sus aliados.
La guerra naval que en aquella época se desarrollaba en el Mediterráneo guardaba una íntima relación con la piratería y la trata de esclavos. Las actividades corsarias, entendidas como una honorable guerra contra los infieles turcos y berberiscos, representaban la principal actividad de la Orden (junto con los cuidados hospitalarios suministrados gratuitamente a los enfermos). Malta era el principal mercado europeo de esclavos, siendo estos los cautivos apresados en las operaciones de guerra naval y las incursiones militares en las tierras de la Media Luna.
Tras verse obligados a abandonar sucesivamente Tierra Santa, Chipre y Rodas por el empuje de los ejércitos musulmanes, los Caballeros Hospitalarios se instalan en Malta en 1530. Desde su llegada a la isla, las hazañas militares contra turcos y berberiscos forman parte indisoluble de la historia de la Orden. Entre ellas, cabe destacar la Batalla de Lepanto (1571) y, sobre todo, el Gran Sitio de Malta (1565), en el que una fuerza de poco más de 6.000 combatientes, entre Caballeros Hospitalarios y sus aliados cristianos europeos, logró derrotar a una coalición de fuerzas otomanas de 48.000 combatientes.
Cuando Caravaggio desembarca en la isla, el Gran Maestre de la Orden es Alof de Wignacourt, al que el pintor representará en el soberbio retrato que puede observarse sobre estas líneas, y cuya composición se inspira en una obra de Tiziano. Tanto el lienzo como la armadura reflejada en el mismo pueden admirarse hoy en día en los museos de La Valeta.
Los integrantes de la Orden de Malta pertenecían a las más nobles estirpes europeas. Ser admitido en la misma se consideraba un gran honor, y al aspirante se le exigía una carta de nobleza que se remontara a varias generaciones familiares.
Desde principios del siglo XIV, los caballeros Hospitalarios se organizan en ocho Lenguas (así llamadas por que el criterio inicial se basaba en el idioma hablado por sus integrantes): Provenza, Auvernia, Francia, Italia, Alemania, Castilla (y Portugal), Aragón (y Navarra) e Inglaterra (con escocia e Irlanda). Cada una de las anteriores cuenta con sus propios Prioratos, Bailías y Encomiendas localizados en su territorio, lo que, en la práctica, aseguraba la presencia de la Orden en los diversos países europeos.
La obra que se encuentra bajo estas líneas es otro de los lienzos realizados por Caravaggio durante su estancia en la isla; una obra de gran espiritualidad que representa a un Caballero de la Orden de Malta. En sus manos sostiene un rosario y la empuñadura de una espada, como símbolo de la doble vocación militar y religiosa de los hermanos hospitalarios. En la composición aparece resaltada de forma magistral la insignia de la Orden: la Cruz de Malta, cuyas ocho puntas guardan relación con las ocho Lenguas ya mencionadas.
Mientras que la vocación guerrera de los Caballeros de San Juan despareció hace ya tiempo, sí se conserva, sin embargo, su actividad hospitalaria; considerada de la mayor importancia por la Orden desde sus orígenes, se ha mantenido vigente hasta el día de hoy. Actualmente, administra numerosos centros hospitalarios distribuidos por todo el mundo, si bien la mayor parte de los cuales, por razones históricas, se localizan en Europa.
Apéndices